Los postres sin horno siempre vienen bien cuando se nos estropea el electrodoméstico, lo tenemos ocupado en otros menesteres o no nos apetece ponerlo en marcha para pasar aún más calor. Hay vida más allá de los helados en verano y es posible preparar un buen pastel digno de celebraciones para compartir en algún cumpleaños, una barbacoa con amigos o, simplemente, porque nos apetece. Que las vacaciones están para disfrutarlas.
A pesar de la paradoja de que el limón sea una fruta de invierno, su vínculo con el estío es incuestionable. Nos encanta preparar limonada casera en estas fechas y aporta un toque refrescante y veraniego a todo tipo de platos y postres. Los polos de limón, el granizado de limón y el súper refrescante sorbete de limón se disfrutan ahora, cuando van subiendo las temperaturas sin piedad.
Por eso esta tarta fácil de limón sin horno es perfecta para preparar estos días, muy apetecible con su sabor refrescante y su textura ligera. Tiene pocos ingredientes, con una base de galleta o cereales de desayuno que te gusten, y el inconfundible sabor a limón que tan bien entra cuando más calor hace.
Solo tienes que acordarte de prepararla el día antes que la quieras servir, ya que debe reposar en la nevera unas cuantas horas antes de alcanzar su consistencia ideal. Así además estará más rica y bien fría en el momento de disfrutarla.
Ingredientes para cuatro personas
- 120 g de galletas tipo Digestive, María o cereales tipo corn flakes
- 200 ml de agua
- 60 g de zumo de limón o de lima sin pulpa
- 60 g de azúcar
- 1 sobre de preparado de 80 g de gelatina de limón
- 500 g de leche evaporada
Cómo hacer tarta fresca de limón
Comenzamos triturando las galletas o cereales hasta dejar una textura de arena fina. Colocamos en la base de un molde de tarta desmontable engrasado de 18 cm de diámetro, presionando bien contra el fondo del molde con un vaso o cuchara grande.
Aparte, en un cazo, calentamos el agua, el zumo de limón o lima y el azúcar. Cocemos a fuego suave unos cinco minutos o hasta que comience a hervir. Separamos del fuego y añadimos la gelatina en polvo, espolvoreándola, y removemos hasta que se disuelva.
Incorporamos la leche evaporada y removemos hasta integrarla por completo. Echamos con cuidado esta mezcla encima de la base del molde y dejamos en la nevera varias horas para que cuaje, mejor de un día para otro. Desmoldamos y servimos bien fría.
Con qué acompañar la tarta fría de limón
La tarta fresca de limón se puede acompañar con gajos de fruta fresca, ya sea limón o lima, o una fruta de verano, y hojas de hierbabuena o menta. También queda muy bien en porciones individuales si se reparte la mezcla en aros de emplatar forrados con film, o en moldes pequeños.
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