El menú con el que conseguí "ponerme a dieta", pero sobre todo cambiar mi forma de comer y ser feliz (y yo adoro comer)

El menú con el que conseguí "ponerme a dieta", pero sobre todo cambiar mi forma de comer y ser feliz (y yo adoro comer)
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Nunca he necesitado dieta ni nada parecido. He sido afortunada durante años porque pesaba 55 kilos y comía sin parar y cualquier cosa. Pero el cuerpo cambia y de pronto un día fui a ponerme un vestido para una fiesta y no me cerraba. Y otro vestido, y otro... Tuve que salir de compras en el último momento. Sin que me diera cuenta, la báscula marcaba 9 kilos más en un año (y no soy precisamente alta, así que se notaba y mucho). Desde luego, me dispuse a solucionarlo.

Lo que tenía claro es que no podía sufrir. Me gusta comer y si me decidía por una dieta en la que no se puede comer, abandonaría. Así que me hice un menú a medida que he ido repitiendo con pequeñas modificaciones y he cambiado mi forma de comer. Lo más importante: soy feliz y no sufro. Y aunque no he vuelto a los 55 kilos, uso dos tallas menos de pantalón que en esa ocasión.

Todo esto que os cuento: yo con nueve kilos de más y un vestido de fiesta que no cerraba me sucedió en un viaje en el que coincidí con un experto en nutrición (que por cierto es bastante extremo en su dieta, corre a diario y no tiene un gramo de grasa en su cuerpo) y me dio algunas claves.

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Siete claves para resetear mi forma de comer

1. Desayuna bien. Un café, unas tostadas y una pieza de fruta al menos. Si no desayunas, a media mañana tienes un hambre de mil demonios y te comes un jabalí. Y sí: era lo que hacía yo todos los días. Es mejor llegar a la una de la tarde sin hambre de Obelix y tomar solo un yogur desnatado o una fruta.

2. Disfruta de la comida al mediodía, tomando de todo y sin preocuparte. Todo lo sano que se pueda, por supuesto. Pero sin restricciones.

3. A partir de las 18.00 para de comer hasta la cena A esa hora toma una manzana. Es una fruta muy saciante y evitará picoteos hasta la cena y ahí ya, cena proteínas.

4. Cena a base de proteínas. Sin medidas. Evita hidratos de carbono. Este consejo es contrario a toda la corriente por la cuál todos los nutricionistas dicen que no comer hidratos por la noche para adelgazar es una tontería. Según la ciencia, lo es. Pero creo que es una buena forma de limitar la ingesta de hidratos de carbono y garantizar que comemos menos pastas, pan y harina. Es simplemente poner un límite y es un límite horario. Por supuesto, en la cena es necesario que los alimentos sean crudos, a la plancha, al horno o al vapor... Ccocinados de forma saludable. Ni fritos, ni rebozados... Según esta nueva forma de cenar, también está prohibido por la noche el queso (esto fue lo peor para mi, que siempre remataba las cenas a la francesa con un poco de queso y normalmente curado), y solo se pueden tomar lácteos light. Nada de azúcar, por supuesto. Y como bebida, sólo está permitida el agua.

5. Descansa de la dieta un día. Es lo que deportistas y nutricionistas llaman la comida o día trampa. Se trata de comer lo que quieras solo un día a la semana. Algunos nutricionistas defienden que esto no solo es bueno, si no necesario, porque así tu cuerpo no se acostumbra a la baja ingesta y se reactiva el modo "quema grasa" que se va desactivando si le ofreces menos calorías a tu organismo. Otros nutricionistas lo ven como un desahogo y motivación para continuar con tu dieta. Sea como fuere, yo lo sigo a rajatabla y me tomo el cachopo o la hamburguesa de tres pisos con el que sueño toda la semana.

6. No bebas alcohol. Esto es lo que menos me costó porque no tomo alcohol entre semana. Solamente el día de descanso de la dieta que es lo que ya hacía (mi sagrado vermú y mis vinitos).

7. Haz deporte. Yo, que no había jugado ni un triste partido de tenis desde los 13 años. Pero (spoiler), llevo desde entonces haciendo deporte.

ensalada

Tener un plan y no desviarse: esa es la clave

Puse todo en marcha. Pero sabía que no iba a conseguir llevar a cabo este objetivo sin un plan. Así que me hice un menú para las cenas. Creo que si no te organizas, acabas comiendo cualquier cosa que hay en la nevera y metiendo en la dieta lo que no debes. Pero además, hice un menú que me gustara mucho. Si no, también me lo saltaría.

Mi única "trampa" es que me permito alguna onza esporádica de chocolate negro después de la cena (aunque es bajo en azúcar algo lleva). Tal vez sin esa trampa y ese pequeño "desmadre" estaría hecha un fideo, quién sabe. El resto, lo cumplí a rajatabla, me quité el pan después de la comida, me olvidé de los dulces después del postre del mediodía y en un mes bajé 3 kilos. Otros 3 kilos en los 3 meses siguientes. Ahora me mantengo y mi compra y mi nevera está pensada para cumplir con este sistema, aunque el menú lo varío más. En realidad es lo que hacen los nutricionistas cuándo te ponen a dieta: marcarte el camino con un menú cerrado para que no te desvíes y consigas el objetivo. Y el ideal es que mejores tu forma de comer.

Mi menú delicioso para la dieta

Con estas normas concreté mi menú de cenas para dos semanas. Tal vez os guste y os vaya bien para empezar vuestro plan. Son varios platos y cada domingo los organizaba para que al acabar la semana saliera todo como estaba previsto, pero si algún día se intercambian los platos, tampoco pasa nada. Y siempre que os lo podáis permitir un buen jamón con verduras a la plancha o un buen marisco a la plancha es bien recibido y no necesita nada más. Pero sin volvernos locos, estos son mis platos:

lubina a la sal

Lunes: Lubina a la sal o a la plancha con ensalada de brotes frescos (canónigos y rúcula) con pipas, sal, pimienta, aceite y vinagre.

Martes: Crema de verduras (sin nata) o gazpacho y revuelto de ajetes y gambas.

Miércoles: Pollo a la plancha con ensalada de pimientos asados y cebolla asada con orégano.

Jueves: Salmón a las finas hierbas con verduras en papillote.

Viernes: Merluza a la plancha y ensalada de tomate.

Sábado: Día trampa.

Domingo: Ensalada de pimientos asados con tomates cherry o con aguacate y atún al natural.

ensalada pimientos asados

Lunes: Ensalada de brotes verdes con salmón marinado y pepinillos en vinagre.

Martes: Langostinos cocidos con picadillo de tomate, pimiento verde y cebolleta en vinagreta.

Miércoles: Crema de calabaza y revuelto de huevos con champiñones, cebolleta y taquitos de jamón.

Jueves: Mexicano sin tortitas: pollo a la plancha en tiras con pimientos y cebolla a la plancha en tiras y guacamole casero. Este plato también se puede hacer sin guacamole y más asiático, con salsa de soja.

Viernes: Lacón al corte con pimientos asados o con ensalada de brotes verdes y tomates cherry.

Sábado: Día trampa

Domingo: Lomo a la plancha con verduras a la plancha. Las verduras siempre las que más me apetecen: espárragos, calabacín, berenjena...

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En verano cambiamos las cremas de verduras por gazpacho (nunca salmorejo que lleva pan) y de postre, siempre, yogur natural cero calorías o una gelatina cero calorías, manzana o naranja en temporada.

Ayuda mucho la Thermomix o un robot de cocina que emulsione bien las cremas frías o calientes y la Crock-Pot para hacer pollo o lomo de cerdo en su jugo y aceites o ensalada de pimientos...

Cómo os digo ahora en casa hay siempre productos para hacer algunos de estos platos y he añadido algunos como el tian de verduras, que hago con tomate natural de fondo, el tartar de salmón ahumado y aguacate o la crema de puerros. Y cómo tengo buena constitución, en vez de "un día trampa", lo que hago es relajarme el fin de semana, sin volverme loca y a veces la cena también es una crema o un gazpacho en caso de haberme pasado con la comida.

La clave es que me siento bien, en un peso adecuado. También hago deporte, no tanto como me gustaría, pero lo suficiente para que el metabolismo se active y cambie también esa tendencia a guardar la grasa. Si nada os lo impide, buscad un deporte que os guste y os haga felices, en mi caso es el Pilates. Ojalá encontréis en mi artículo las claves para comer de forma saludable y encontraros mejor con vuestro peso. Pero si no, buscad vuestra manera de disfrutar comiendo y cuidar la salud.

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