En estos días de vuelta a la rutina, tras una Semana Santa en la que seguro hemos comido más de la cuenta, apetece preparar cenas fáciles, ligeras y que nos quiten el hambre sin sumar demasiadas calorías. Aquí es donde entra una de mis recetas favoritas: la tortilla de espinacas y tomates cherry, una opción que brilla por su sencillez, su rapidez y, por supuesto, su sabor.
Me encanta cenar huevos en todas sus formas y, aunque esta receta se puede hacer perfectamente con espinacas congeladas, ahora que es fácil encontrar su versión en fresco en las fruterías, no hay nada mejor.
Su preparación no tiene ningún misterio. Solo tienes que saltear las espinacas a fuego muy fuerte durante dos minutos con sal y pimienta y una pizca de aceite de oliva, mezclarlas con los huevos y los tomates cherry partidos por la mitad.
Después, puedes montar la tortilla cómo más te guste. Al estilo de una tortilla francesa o, si sois más para cenar, como si se tratara de una tortilla de patatas, dándole la vuelta pasado un minutillo.
Nutricionalmente hablando, esta tortilla lo tiene todo. Los huevos son una excelente fuente de proteínas de alta calidad. Las espinacas, como bien sabía Popeye, son una gran fuente de hierro, fibra y vitaminas, y los tomates cherry aportan vitamina C, potasio y licopeno. En conjunto, esta cena no solo es ligera, también es poderosamente nutritiva.
Ni que decir tiene que, esta misma receta, se puede elaborar sustituyendo las espinacas por otras verduras de hoja verde como acelgas o, incluso, lechuga. Y, si no te importa añadir más calorías y grasas, puedes echar también queso.
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