Bien preparado, con su mantequilla, su jamón de calidad, un pan decente y buen queso, el sándwich mixto o bikini es un bocado más que digno. Pero eso no quita que a veces merezca la pena subir un poco el listón para darnos un mejor homenaje en casa cuando optamos por cenar o almorzar un emparedado. Y hay un queso que es una institución en casa cuando se trata de fundirlo sobre pan.
El producto en cuestión es gallego y casa de maravilla con uno de los embutidos italianos más internacionales: el sándwich de mortadela y queso San Simón con cebolla caramelizada. Muy fácil de hacer y todo un éxito en casa desde que se probó la combinación la primera vez hace años. Importante, eso sí, hay que usar un pan, al menos decente. De hogaza a ser posible, con miga tierna pero firme, que aguante el tostado en la sartén. O el mejor de molde que encuentres.
Si tienes ya la cebolla caramelizada apenas tardarás unos minutos en montar el sándwich; en caso contrario, puedes usarla comprada o invertir un rato más en hacerla. Solo requiere tiempo, pero prácticamente se hace sola, y siempre merece la pena tener de sobra en la nevera para mil usos.
Por lo demás, lo único añadido a los ingredientes mencionados es una buena mostaza, su toque de pimienta recién molida y aceite o mantequilla para tostar el sándwich en la sartén o plancha, aunque puedes usar una sandwichera o grill abatible. Hay que comérselo recién hecho, con el queso bien fundente y antes de que la mortadela pierda su frescura. Las patatas son opcionales.
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