Aunque septiembre aún es verano, la triste realidad es que, para la inmensa mayoría de nosotros, se acabaron las vacaciones.
“¿Por qué estoy frío si hoy hace calor?”, cantaban Los Enemigos con respecto a septiembre, trasladando de forma muy gráfica la sensación que tenemos todos cuando, pasados los días de playas y piscinas, toca volver a la rutina.
Pero, ¿es mala la rutina? Lo malo es trabajar, pero no volver a tener unos horarios más estables, que los niños vayan al colegio y, tras un verano plagado de excesos, volver a comer saludable.
Hoy no vamos a compartir un listado de recetas al uso, para eso ya está nuestro infalible recopilatorio con las mejores recetas para táper. Mi objetivo es contaros cómo organizo la vuelta al cole en lo que respecta a la cocina y qué tipo de recetas me gusta más preparar estos días en los que apetece volver a la comida casera; pero sin volverse loco, que ya bastante tenemos con ver de nuevo la cara a ese compañero de trabajo que te hace la vida imposible.
1. Ensaladas de legumbres
Me encantan las ensaladas de legumbres y son, de largo, las mejores para llevar a la oficina, pues ganan incluso aliñándolas con antelación. La gente acostumbra a llevar siempre ensaladas de arroz o pasta que llevan horas ablandándose en un táper y son un peligro en lo que respecta a la seguridad alimentaria. Las de legumbres son mil veces mejores.
Aunque sé que ni se te va a pasar por la cabeza, no te líes cociendo legumbres, compra alubias, garbanzos y lentejas de bote de calidad y a correr.
Algunas combinaciones que me encantan:
- Garbanzos con anchoas, tomates, queso mozzarella, olivas negras de Aragón, aceite bueno y vinagre de Jerez.
- Lentejas con queso feta, cilantro, chalota o cebolleta, olivas negras de Aragón –me flipan–, tomate y un aliño de aceite bueno y limón.
- Alubias con pimiento rojo y verde fresco, cebolleta, atún, aceite bueno y vinagre de Jerez.
2. Guisos sencillos de carne
Ahora que empieza a hacer menos calor, me vuelven a apetecer guisos sencillos, con la carne como protagonista, pero repletos de verduras. Ideales como plato único completo, más saciante.
No fallan en casa las salchichas al vino, el magro con tomate, el pollo al chilindrón o el pollo al curry. Todos cunden un montón, son fáciles de preparar, económicos y perfectos para llevar en táper.
3. Guisos de patata
Aunque la patata tiene fama de aguantar mal de un día para otro, lo cierto es que los guisos con patata son otro de mis fijos de la rentré. Vale, congela mal, pero de un día para otro aguanta perfectamente y, de hecho, coge más sabor. Que no te digan lo contrario.
Entre mis clásicos de todo el “curso laboral”, que empiezo a preparar desde esta misma semana, están las patatas a la riojana, el marmitako –ideal para hacer en estos días que el bonito acaba su temporada y está súper barato– y las patatas con costillas adobadas.
4. Verduras estofadas
Las verduras me gustan infinitamente más salteadas o al horno que cocidas, que es la forma más triste de comerlas. Por desgracia, las verduras cocinadas de este modo no aguantan muy bien en táper. Por ello lo mejor es tirar por la tangente y apostar por las verduras estofadas, que aguantan genial, pero son mucho más sabrosas.
Mi receta comodín de verduras estofadas la publicó hace unos años mi querida Carmen Tía Alia en esta santa casa y es infalible: el secreto reside en cortar todas las verduras para que se hagan más rápido, pero conserven todo su sabor, y cocinarlas en una ligera salsa de tomate y pimentón. No hay fallo.
Si tengo tiempo, claro, otro guiso de verduras ideal para llevar en táper es un buen pisto manchego.
5. Guisos de pescado
El pescado es, de largo, el tipo de proteína que menos se ve en la oficina. La gente no concibe andar quitando raspas al lado de sus compañeros y temen ser acusados por traer malos olores. Pero todo esto ocurre si llevas pescado al horno o a la plancha, como solemos comerlo en casa. Para llevar pescado al curro hay que optar por los guisos marineros.
Aunque parece que tiene que llegar la Semana Santa para ponernos a cocinar bacalao, este pescado es perfecto para táper: no tiene casi espinas, está aún mejor de un día para otro, y se puede guisar de forma muy sencilla en casa. Lo mismo ocurre con el atún o el bonito.
Entre mis fijos para cocinar con antelación sin complicarme mucho la vida están el bacalao con tomate, el atún encebollado o la merluza en salsa verde.
6. Escabeches
Me da la impresión de que la gente de mi generación –no soy tan viejo–, y no digamos los más jóvenes, creen que los escabeches son súper difíciles de hacer: una elaboración de otro tiempo en que las amas de casa tenían todo el tiempo del mundo para cocinar. Nada más lejos de la realidad.
El escabeche es una elaboración súper sencilla que, además, debería ser reivindicada en estos tiempos de aceleracionismo. Lo tiene todo: es barata, se puede hacer en grandes cantidades para comer varios días y es perfecto para llevar en táper, pues ni siquiera tienes que calentar nada.
Se puede escabechar casi cualquier cosa, pero mejor empezar por clásicos como el bonito en escabeche. Si preferimos carne, nada como un conejo en escabeche.
7. Bocadillos
Vale, esto es un poco trampa porque no se suele meter en un táper, pero el bocadillo es una comida ideal para llevar a la oficina. El pan es la tartera.
Lo único malo es que no vas a poder prepararlo de un día para otro porque pierde toda la gracia, pero si tienes una panadería cerca de casa o de la oficina, basta con prepararlo antes de salir o allí mismo. Lo importante siempre es que el bocata no te quede seco, por eso siempre debería llevar tomate untado, además de queso, cebolla guisada, mayonesa o pimientos. Incluso todo eso junto.
Algunos de mis bocadillos favoritos para llevar:
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