Los siete errores más comunes que cometemos al hacer un puré de patatas

Evita los errores más comunes al hacer puré y sorprende a tus invitados con un acompañamiento cremoso y delicioso en cada comida

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El puré de patatas es una guarnición clásica y deliciosa. Se hace cociendo patatas hasta que estén tiernas y luego machacándolas con mantequilla, leche, sal y pimienta. Su textura cremosa y su sabor suave lo hacen perfecto para acompañar platos principales como carne, pollo e incluso verduras asadas al horno. 

Un preparado muy versátil, puedes añadirle ajo, queso, hierbas o cualquier otro ingrediente que te guste para darle un toque especial. Más no, hacer un puré de patata puede parecer sencillo, pero hay algunos errores comunes que se pueden cometer.

Por ejemplo, no elegir la patata adecuada. Las patatas harinosas, como las Russet o Idaho, son ideales para el puré porque se deshacen fácilmente. Las patatas cerosas, como las rojas o las nuevas, pueden hacer que el puré quede gomoso.

Otra punto importante es la cocción. Cocinarlas demasiado o muy poco puede afectar la textura. Deben estar tiernas pero no desmoronarse. En la misma sintonía, se deben escurrir bien las patatas. Si se deja agua en el puré, puede quedar aguado y poco apetitoso.

Otro error es utilizar un procesador de alimentos, esto hará que el puré se vuelva pegajoso. Es mejor usar un pasapurés o un tenedor para obtener una textura más suave. También añadir ingredientes fríos puede afectar el resultado. Si añades mantequilla o leche fría, puede hacer que el puré se enfríe y no tenga la textura cremosa que buscamos.

Al mismo tiempo, no sazonar adecuadamente influirá. Es importante añadir suficiente sal y otros condimentos, como comino o nuez moscada, para realzar el sabor. Y por último, no mezclar bien es un error. A veces es fácil dejar grumos si no se mezcla lo suficiente.

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La textura correcta del puré de patatas debe ser suave y cremosa, sin grumos. Debe sentirse ligera al paladar, casi como si estuvieras comiendo una nube.

Al comerlo, debe deshacerse fácilmente en la boca y tener una consistencia que se mantenga unida, pero no tan densa que se sienta pesada. Además, un buen puré debe ser untuoso, lo que significa que tiene suficiente cremosidad para mezclarse bien con salsas o acompañamientos. En resumen, el buen puré es un equilibrio perfecto entre cremosidad y ligereza.

Si evitas estos errores, te aseguro que tu puré de patata quedará delicioso. E ideal para acompañar algunos de estos platos principales, como filetes de ternera asada, pollo al horno, salmón a la plancha, albóndigas en salsa y costillas a la barbacoa. Para una opción vegetariana y vegana, unas albóndigas de lentejas son una opción sabrosa que combina genial con el puré. Hasta unos filetes de tofu empanados y dorados son un complemento atractivo.

Imagen | Foto 1: freepik, Foto 2: Taha Samet Arslan

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