Si hay una parte del pollo que es socorrida y fácil de cocinar, esa es la pechuga de pollo. Además es económica y muy baja en grasa, perfecta para cuidar la dieta. Sin embargo la ausencia de grasa conlleva una falta de sabor y también sequedad a la hora de cocinarlas, sobre todo si las hacemos al horno.
Para unas pechugas de pollo jugosas podemos recurrir a empanar y freír o guisar en alguna salsa, pero entonces multiplicamos sus calorías y el efecto dieta desaparece. Sin embargo, conseguir que las pechugas de pollo al horno queden súper jugosas, con mucho sabor y que sigan siendo ligeras es posible. Os contamos cómo.
Algo tan simple como un baño de salmuera es nuestro secreto para que las pechugas al horno queden súper jugosas. Y embadurnarlas en especias la clave para que, además, adquieran un sabor espectacular. Podéis comprobar cómo hacerlo más abajo, con vídeo incluido para que no se os escape detalle. El proceso es sencillo y el resultado magnífico.
La salmuera es la mezcla de agua y sal, con una concentración de sal superior al 5%. Es una excelente manera de salar alimentos de forma homogénea y aportar un plus de jugosidad. Para prepararla solo hay que disolver el porcentaje de sal elegido (7,5% en nuestro caso) en el agua. Así de fácil. Se puede usar con verduras, carnes y pescados, en nuestro caso pechugas de pollo.
Limpiamos bien las pechugas, retirando las grasa y los tendones, y secamos con papel de cocina. Disolvemos la sal en el agua dentro de un recipiente amplio y sumergimos las pechugas, que queden totalmente cubiertas. Dejamos reposar en la salmuera entre 30 minutos y una hora. Si hace calor, mejor en la nevera.
Transcurrido el tiempo de reposo retiramos las pechugas de la salmuera. Colocamos en una fuente de horno, bien secas, y rociamos con el aceite de oliva virgen extra. Añadimos el zumo de limón, la mostaza y una pizca de pimienta negra. Espolvoreamos con el resto de especias (los dos tipos de pimentón, el comino y el ajo en polvo) y frotamos las pechugas por todos lados para que queden bien cubiertas.
Introducimos la fuente con las pechugas en el horno, precalentado a 200ºC con calor arriba y abajo, y cocemos durante 25-30 minutos. Volteamos a media cocción para que se hagan de manera uniforme. Retiramos del horno, cortamos en rodajas y servimos inmediatamente.
Con qué acompañar las pechugas de pollo al horno súper jugosas
Estas pechugas de pollo jugosas al horno se pueden servir recién hechas, tal cual, o esperar a que enfríen para filetearlas y tomarlas en frío en una ensalada o bocadillo. Cualquier guarnición le irán bien, desde el clásico arroz blanco a patatas fritas o asadas, hojas verdes, verduras o lo que nos apetezca. A mí me gusta tomarlas con puré de manzana asada.