Toda la vida se ha dicho que la peor comida del mundo era la que te ponían en los aviones, y no era ninguna mentira: yo he tomado cosas por ahí subido a uno de esos cacharros que no se lo daba a comer ni a mi gata.
Bueno, pues resulta que Iberia, para la elaboración de los menús de la clase superior, ha contado con Sergi Arola (La Broche, Madrid) y con su equipo. El objetivo es hacer un menú más refinado, mejorar los procesos de trabajo que se realizan en el avión y que tienen que ver con comida y, de paso, dotar del glamour de un nombre reconocido en los fogones capitalinos para atraer clientela.
El objetivo es una cosa que me ha hecho cierta gracia. Según Arola, para estos menús : “hace falta repensar los valores más tradicionales de la gastronomía española y aplicarles un toque de modernidad en el tratamiento del producto.” Pero vamos a ver, es que se puede hacer otra cosa? Se puede dejar uno a un lado la tradición? Se puede uno considerar en la vanguardia sin dar una vuelta de tuerca? Entre obviedad y obviedad podemos echar un vistazo a un menú sin estridencias, sencillito y sabroso a priori. Dos puntos fuertes tiene el proyecto, en mi opinión: el compromiso de una compañía como Iberia por la gastronomía y el hecho de que participe el estupendo somalier de La Broche, Jesús Cobo, que asegura se volcará en los clásicos Rioja y en los vinos de Somontano, esos que a mí particularmente me tienen enganchado.
Creemos que si deja de un lado el punto débil del restaurante, ese snobismo siempre mal entendido, el equipo de La Broche puede hacer un buen trabajo en esta faceta. Les deseamos, pese a cierto escepticismo (no podemos negarlo), la mejor de las suertes.
VIA l EL PAIS En Directo al Paladar l Sergi Arola, un chef de moda
