Lewis Hamilton es de esos pocos deportistas cuya fama supera los límites de la disciplina que practica. Aunque no te interese nada el automovilismo, su nombre y su rostro, al menos, te suenan. Lo que menos gente sabe es que el piloto británico sigue una dieta vegana desde el año 2015, cuando decidió cambiar por completo de hábitos no solo por motivos de salud, también para proteger el planeta.
Según contó en una entrevista a la BBC, fue un documental sobre la industria de la carne el que le abrió los ojos. Primero dejó de comer carne roja, volviéndose pescetariano, pero poco después terminó de dar el salto para basar su alimentación en productos vegetales, sobre todo preocupado por el impacto que la dieta actual está teniendo en el medio ambiente.
“Como raza humana, lo que estamos haciendo al mundo... la contaminación [emisiones de gases de efecto invernadero] procedente de la cantidad de vacas que se producen es increíble”, comentaba entonces. “Dicen que es más de lo que producimos con nuestros vuelos y nuestros coches, lo cual es una locura. La crueldad es horrible y yo no quiero necesariamente apoyar eso y quiero vivir una vida más sana”.
Además de adaptar su dieta al veganismo, que como deportista de élite con grandes exigencias físicas debe estar bien controlada, el cambio supuso también renunciar a muchos productos que le encantaban, como los dulces. Concretamente, el piloto británico confesó que le encantaba la Nutella, hasta que se dio cuenta de sus ingredientes y cómo se produce.
“No es para todo el mundo” admitía hace unos años, según recogía Business Insider. “Echo de menos la Nutella. Echo de menos los dulces, pero ahora sé lo que hay en esa cosa, es asqueroso”. Hamilton suele desayunar porridge para cargarse bien de energía, con alguna bebida vegetal, aunque ocasionalmente también opta por un desayuno más inglés, como buen británico, adaptado al veganismo, como las tostadas de alubias.
No ha abandonado esa pasión por el dulce, aunque desde su cambio de hábitos controla más lo que ingiere y prefiere darse caprichos más caseros como las tortitas veganas, su otra gran debilidad, pues los típicos pancakes son fáciles de adaptar al veganismo. “Me encantan las tortitas. Bueno, ¿a quién no?”, afirmaba.
Imágenes | Wikimedia Commons/LGEPR
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