Un amante de las tortitas o pancakes sabe que la textura lo es casi todo. Siendo una masa bastante neutra, lograr ese contraste entre el exterior dorado, ligeramente crujiente, con una miga esponjosa, es clave para triunfar con ellas. Con estas tortitas de queso cottage, olvida para siempre los mazacotes.
Incorporar un lácteo fermentado a la masa ya nos había dado buenos resultados, como demuestran nuestra receta de tortitas de yogur, pero esta nueva versión ha sido un triunfo absoluto. La elaboración original venía con cierta fama, y el resultado no defrauda: son ligeras, sabrosas, suaves y tiernas. Perfectas para coronar con una salsa de frutos rojos casera.
No son tan sumamente esponjosas como la versión japonesa, que más bien se parece a un soufflé, también deliciosas. Esta receta es más fiel al pancake americano, en ese tamaño que allá llaman silver dollar, mucho más razonable para degustar y también más fáciles de cocinar.
El cottage es un queso fresco de textura granulada, similar al requesón o al ricotta, los cuales podemos emplear como alternativa en caso de no encontrarlo en nuestra tienda habitual. Rico en proteínas, con pocas calorías, contribuye a dar sabor y esponjosidad a una masa como esta, haciéndolas además más saciantes y nutritivas.
Lavar los frutos si son frescos, trocear en piezas pequeñas y mezclar con el azúcar en un recipiente. Tapar y dejar reposar. Encender el horno a la mínima temperatura y apagar, para que al cocinar las tortitas podamos dejarlas dentro y mantenerlas calientes.
Separar las yemas de las claras en cuencos diferentes. Batir las yemas con una batidora de varillas hasta que espesen un poco. Añadir el queso bien escurrido y batir hasta incorporarlo (quedarán grumitos, es normal). Agregar la leche y el azúcar y batir 30 segundos.
Tamizar encima la harina con la sal y remover con varillas manuales para incorporar. Lavar y secar muy bien las varillas de la batidora para montar las claras casi a punto de nieve, pero sin llegar a dejarlas completamente duras.
Echar las claras a la masa principal en varias tandas, incorporándolas con una lengüeta con movimientos envolventes. No tiene que quedar completamente homogénea.
Calentar una plancha o buena sartén y engrasarla con mantequilla o un poco de aceite. Cocinar unas tres tortitas cada vez, usando una taza de 60 ml, aproximadamente, para echar la masa. Esperar a que salgan burbujas antes de darles la vuelta y dorarlas por la otra cara.
Mantener las tortitas cocinadas en una fuente dentro del horno tempaldo hasta terminar con toda la masa. Servir con los frutos rojos que ya habrán disuelto bien el azúcar; triturarlos o machacarlos un poco, si se desea.
Con qué acompañar las tortitas de queso cottage
La salsa de frutos rojos es ya un acompañamiento perfecto para estas tortitas de queso cottage, pero podemos servirlas también con yogur natural, fruta fresca o mermelada a nuestro gusto. Si nos ponemos más golosos, la nata montada y el chocolate fundido son siempre opciones ganadoras, igual que el dulce de leche o una salsa de caramelo o vainilla.
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