A veces nos complicamos tanto la vida con recetas complicadas, originales o vistosas, que se nos olvida recuperar el recetario más tradicional. El surtido de dulces navideños que pervive en la gastronomía regional está lleno de tesoros como las tortas escaldadas de Cartagena, tan humildes como deliciosas.
El nombre también lo encontramos en dulces de otras regiones y puede aparecer con recetas diferentes, que como siempre es parte del encanto de estas elaboraciones cuyo origen se pierde en el tiempo. Aunque parece más bien galletas o pastas, las tortas cartageneras responden a esa dulcería de herencia árabe, con base de aceite de oliva y la presencia de frutas y frutos secos.
Muy sencillas de elaborar, estas tortas aguantan muy bien conservadas en un recipiente hermético durante muchos días, incluso semanas, si es que no se terminan antes. La receta la he tomado de Lola en la cocina, quien además comparte unos entrañables recuerdos asociados a la preparación de este dulce tradicional.
Originalmente las cantidades son algo inabarcables para una cocina urbana de hoy en día, pero todavía muchas familias se reúnen para preparar enormes lebrillos de masa que se cocían en grandes hornos, a veces recurriendo al comunal del pueblo o de la panadería vecina. Eran días muy especiales en los que el aroma de los dulces sigue despertando la nostalgia en las nuevas generaciones que continúan con la tradición.
Calentar el aceite de oliva con la piel de naranja o limón sin dejar que hierva durante unos minutos. Mientras tanto, precalentar el horno a 180º C y preparar unas bandejas con papel sulfurizado o antiadherente.
Mezclar en un recipiente grande resistente al calor la harina con la levadura y la sal. Echar el aceite caliente retirando la piel y mezclar rápidamente. Agregar el zumo de naranja, el anís dulce, el azúcar, las semillas de anís y los piñones, si se usan.
Combinar todo bien y amasar ligeramente hasta obtener una masa homogénea, húmeda pero maleable. Es más fácil hacerlo sobre una superficie de trabajo limpia. Debe quedar lisa, pero no es elástica, puede romperse un poco, es normal.
Estirar con un rodillo dejando un grosor de un dedo generoso y recortar porciones con un cortapastas o cortador de galletas, con la forma que más nos guste. Las estrellas son un clásico y perfectas para la época.
Distribuirlas en las bandejas, pintarlas con huevo batido y cubrir con un poco de azúcar, al gusto. Hornear una bandeja cada vez hasta que estén doradas, unos 18-20 minutos. Dejar enfriar sobre una rejilla.
Con qué acompañar las tortas escaldadas
Deliciosas por sí solas, las tortas escaldadas acompañan muy bien la sobremesa con un café, un té o infusión, o una copita de vino dulce o tinto. En casa nos gusta merendar estos dulces acompañados de mandarinas, sobre todo después de un buen paseo.
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