Si te encuentras con plátanos demasiado maduros para disfrutarlos al natural, lo mejor que puedes hacer con ellos es un rico bizcocho. Al menos es uno de los ingredientes más agradecidos para aprovechar en un pequeño capricho de repostería casera; la miga y el sabor de este bizcocho integral de plátano con cúrcuma y pistachos bien lo demuestra.
Elaborado con harina de espelta y almendra molida, solo endulzado con un poco de miel y el propio plátano -cuanto más maduro, más dulce y aromático-, es un bizcocho tierno y saciante perfecto para desayunos y meriendas, especialmente si necesitamos una dosis extra de energía. La cúrcuma ayuda a obtener una miga suave sin destacar por su sabor, añadiendo además un toque de color.
Precalentar el horno a 180ºC y engrasar o cubrir con papel sulfurizado un molde rectangular de unos 22-25 cm de largo. Pelar los plátanos y pesar hasta obtener unos 300 g (más o menos). Chafar con un tenedor en un recipiente mediano; podemos triturarlos más o menos, según si preferimos tener algún trocito de fruta entera en la miga.
Añadir los huevos, la mantequilla derretida ligeramente enfriada, la miel, el vinagre, la vainilla y la leche, y batir con el mismo tenedor o unas varillas manuales.
Aparte, mezclar con unas varillas finas la harina integral de espelta, la almendra molida, la levadura, el bicarbonato, las especias y la sal. Incorporar en dos o tres veces esta mezcla a la primera masa, mezclando suavemente con las varillas, hasta obtener una masa homogénea sin grumos secos.
Añadir ahora pistachos picados si se desea, o verter en el molde y echarlos solo por encima, presionando ligeramente. Hornear a media altura durante unos 50-55 minutos. Comprobar que está listo pinchando con un palillo, esperar un poco fuera del horno, desmoldar y dejar enfriar sobre rejilla.
Con qué acompañar el bizcocho integral de plátano
Como cualquier bizcocho bien aromático, este integral de plátano con cúrcuma y pistachos pide un vaso de leche, bebida vegetal, café, té, zumo o un batido casero, incluso un vaso de horchata artesana (de chufa o de almendras). Apetece tanto en verano como en días de frío, con una taza más humeante al lado.