La cena saludable que he preparado cientos de veces cuando no sé qué hacer: deliciosa y lista en diez minutos

Cena saludable es uno de los mayores runrunes gastronómicos que nos asaltan por la noche. Un concepto ambiguo en ocasiones que, sobre todo, nos martiriza si nos hemos pasado a mediodía.

Y si ya en la ecuación metemos la tentación de poder tener una cena saludable en 10 minutos y que encima puedas replicar cientos de veces, la magia se cuenta sola. Por suerte, no estás en Hogwarts, sino que estás en DAP y aquí, por suerte, dirige Miguel Ayuso y no Albus Dumbledore que, a pesar de las canas, no guardan muchos más parecidos. Aparte de la magia, claro.

Lo que sí tenemos son muchas recetas fáciles y rápidas que te pueden sacar de un atolladero gastronómico en cualquier noche. Invierno, verano, primavera, verano… Para foodies, para pasotas, para familias, para solteros, para casados, para cansados…

Esta receta de los espaguetis al ajillo Thahn Long, un clásico de la cocina vietnamita –aunque en realidad se gestó en San Francisco– es ese tipo de receta sencilla y saludable que una cena necesita para que apañes la jugada en apenas 12 minutos.

Evidentemente, es una receta de espaguetis subidita de sabor, pero infinitamente más sencilla que cualquier preparación convencional de la cocina italiana. Si no quieres andar liándote con una salsa boloñesa o te llevas a matar con la salsa carbonara original y, sobre todo, también pasas de hacer una carbonara con nata, estos espaguetis serán a tus cenas lo que fue la tabla de madera para Rose en el final de Titanic. Spoiler: aquí nadie muere ni se quedará sin cenar.

Lo único que tienes que hacer es saltear en una cacerola a fuego medio unos ajos bien picados y varias salsas orientales –ostras, de pescado y de soja–. Si no tienes alguna tampoco pasa nada. Más se perdió en Cuba y volvieron cantando. Aparte cueces la pasta, dejándola no del todo cocinada, sino que debes sacarla un par de minutos antes de que termine de estar porque luego la vamos a terminar de cocinar en el wok.

Allí la añadiremos cuando esté casi lista, subiendo el fuego de la cacerola del wok, incorporando una ración generosa de queso rallado y removemos para que la salsa emulsione. Si veis que queda muy mazacote, añadís un poco de agua de cocción de la pasta y si veis que ha quedado poco ligado, dejáis un poco más de tiempo hasta que tenga una textura cremosa pero sin parecer apelmazado.

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