Entre los platos de legumbres favoritos de los españoles se encuentran las lentejas estofadas. Así lo confirma Google Trends que, desde que se desplomaron las temperaturas en plena cuarentena, muestra un pico de búsqueda de lentejas considerable. Y no es de extrañar pues un buen plato de lentejas es de lo más reconfortante, tanto para el cuerpo como para el alma.
Cierto es que apetecen unas lentejas guisadas con su sofrito o unas contundentes lentejas con chorizo, pero si tomamos a menudo legumbres, mejor que al menos de vez en cuando sean ligeras ¿no?
Estos son nuestros trucos para unas lentejas sin grasas, con mucho sabor y super cremosas.
Pelamos y lavamos todas las verduras y, en el caso de los pimientos, despepitamos. Las introducimos en una olla a presión junto con las lentejas (sin remojar), el pimentón y la hoja de laurel. Añadimos suficiente agua, caldo de verduras o mezcla de ambos para cubrir los ingredientes y cerramos la olla, colocando la válvula en la posición 2.
En el momento en que empiece a salir el vapor, bajamos la intensidad del fuego (medio alto) y contamos 15 minutos. Apagamos el fuego y dejamos que el vapor salga lentamente. Cuando esto ocurra, abrimos la olla y retiramos las verduras. Al estar enteras, esto resultará fácil.
Si preparáis las lentejas en una olla tradicional, el procedimiento es el mismo a excepción del tiempo de cocción que será mayor: 50 minutos y con la tapadera puesta. Esto permite comprobar el punto en cualquier momento.
Trituramos las verduras con un poco de líquido de la cocción con una batidora de brazo. Podemos pasar el puré resultante por un colador o devolverlo tal cual a la olla. Salpimentamos al gusto, damos un último hervor para homogeneizar y servimos.
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Trucos para hacer unas lentejas sin grasas, pero con mucho sabor y super cremosas
En nuestra receta de lentejas no encontraréis ni chorizo, ni morcilla, ni siquiera una punta o hueso de jamón. Esta es la primera clave de unas lentejas ligeras. Todos los acompañamientos y saborizantes son verduras: ajo, cebolla, pimiento rojo y verde, zanahoria, como mínimo. A estas se les pueden sumar muchas más como tomate, puerro, patata, etc.
El punto de partida no es un sofrito, lo que evita el uso de aceite, segunda clave. En esta receta las lentejas y verduras se incorporan a la olla al mismo tiempo. No hace falta picar las verduras, otro punto a su favor, pues nos ahorra mucho tiempo de elaboración y, si usamos una olla a presión, también de cocción.
El toque de cremosidad lo aportan las verduras que, una vez cocidas las lentejas, se retiran de la olla y se trituran con una batidora de mano. Después se devuelven a las lentejas, que quedan bien trabadas y super cremosas (sin necesidad de espesantes).
Por último, los sabores de las verduras se reparten por el guiso de manera uniforme. Si a esto le sumamos generosidad a la hora de condimentar las lentejas, nada de escatimar con el pimentón, la sal o la pimienta, conseguimos que cucharada sea una fiesta para el paladar.
Con qué acompañar las lentejas sin grasas
Dependiendo de lo hambrientos que os encontréis, podéis servir estas lentejas sin grasas como primer plato seguido de unas pechugas de pollo al horno, un pescado al vapor u otro plato principal ligero. A nosotros nos sirven y bastan por sí solas, somos generosos con la ración, y las tomamos como plato único.
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