Pocas galletas industriales tienen tanta fama y tanta repercusión como las famosas galletas napolitanas. Aunque no nos consta que tengas nada que ver con la ciudad de Nápoles, la realidad es que estas galletas a base de canela y azúcar son un auténtico triunfo para desayunos, meriendas y postres y que harán la competencia a los tentadores rollos de canela.
Para demostrar que hay vida más allá del supermercado y de la conocida marca Cuétara, os traemos esta receta de napolitanas que podéis imitar a la perfección y encantarán tanto mayores como pequeños para sumar a vuestro recetario de galletas caseras.
El truco, como es evidente en esta receta de galletas, es que tengan un toquecito de canela que va a ser lo que las haga irresistibles e inconfundibles. También es necesario que tenga una pequeña cobertura de azúcar en la parte superior.
La otra ventaja de estas galletas napolitanas es que aguantan bastante bien si las conservamos en un envase hermético cerrado. Así que podemos hacer una buena cantidad a ir utilizándolas a medida que las vamos demandando.
Mezclar y batir la mantequilla con el azúcar moreno. Añadir el huevo y seguir mezclando. Añadir la canela y por último la harina tamizada hasta obtener una mezcla homogénea. Reposa durante 30 minutos.
Tomar una porción de la masa y estirar con el rodillo y con papel film debajo y encima de la masa hasta obtener una capa fina e igual por todos lados.
Retirar la capa superior y cortar la masa con un cuchillo haciendo rectángulos iguales o con la ayuda de un molde para galletas. Poner sobre papel vegetal y espolvorear la mezcla de azúcar con canela.
Precalentar el horno con calor arriba y abajo a 180 ºC y hornear durante 13-15 minutos. Sacar sobre una rejilla hasta enfriar y consumir.
Guardar a salvo de la humedad.
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Con qué acompañar las galletas napolitanas caseras
Es evidente que el mejor uso que podemos dar de estas galletas es utilizándolas en el desayuno, en la merienda o como postre. Pero si queréis hacer un postre fácil y rápido con ellas como una tarta serán perfectas igualmente. Lo único que hay que hacer es luego tener a mano un buen café o un vaso de leche.
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