Cuando hace poco compartí con vosotros la noticia de las nuevas cápsulas Marcilla compatibles con Nespresso, entre los comentarios aparecieron varias voces poniendo en entredicho la calidad del café que salía de ellas, así que decidí realizar una comparativa de cápsulas de café para ver si la diferencia entre ambas marcas era lo suficientemente grande como para que compensar el hecho de que las cápsulas de Marcilla se venden en casi cualquier supermercado.
Como no quería que mi subconsciente me traicionara, decidí que la “cata” fuera ciega, es decir, que durante el proceso no supe qué cafe era cada uno, siendo mi sufrido padre quien preparó el café por mi. Además, para que mi opinión no fuera la única, conté con la inestimable ayuda de mi madrastra (qué ganas tenía de usar esta palabra fuera de un cuento), gran amante del espresso y gracias a cuya máquina esta prueba ha sido posible.
Pero bueno, dejémonos de preámbulos y pasemos al combate: Nespresso versus Marcilla.
La previa: comparando las cápsulas
Aunque sé que todos estáis deseando que empiece la lucha, creo que conviene que primero comparemos ambas cápsulas, para ver las similitudes y diferencias. Obviamente, y por cuestiones estrictamente funcionales, ambas tienen una forma muy similar. Sin embargo, se diferencian mucho en los materiales empleados.
Las cápsulas Nespresso son de alumio y utilizan los colores y el nombre serigrafiado en la tapa para distinguir las variadedades, mientras que las cápsulas de L’Arome de Marcilla son de plástico transparente, si bien van envueltas en un pequeño paquete con su nombre que las identifica y las protege de la luz solar.
Hay gente que afirma que esta diferencia de materiales es crucial para la conservación y calidad del café. No puedo afirmar tal extremo, pero me imagino que la elección del plástico tal vez ha sido condicionada por aspectos legales de patentes.
Primer asalto: duelo de descafeinados
Para hacer una comparativa global, decidimos comparar tres cafés de cada marca: uno descafeinado, uno suave y uno fuerte, realizando las pruebas de más suave a más fuerte para que el sabor del anterior no eclipsara al del siguiente. Todas las pruebas se hicieron con el modo café corto para que no se diluyeran los aromas y las diferencias.
En la imagen de los dos cafés descafeinados se puede apreciar como el café nº2 tiene una espuma más intensa y espesa, mientras que la del nº1 es más bien pálida, si bien es cierto que ninguno de las dos resulta especialmente oscura.
El café nº2 también desprende bastante más aroma, siendo el del nº1 casi imperceptible.
Una vez en la boca, el café nº1 se presenta aguado, con muy poco sabor a café, mientras que el nº2 sorprende por su sabor a pesar de ser descafeinado; es espeso y con un amargor muy equilibrado.
Por supuesto, ambos son negros, pero pero el nº2 parece más intenso, por no hablar de la espuma, muy persistente a lo largo de todo el café, como se puede apreciar en los restos laterales de cada taza.
En resumen, el café nº2 gana por goleada gracias a su gran sabor, su aroma y su espuma persistente, que no parece descafeinado, mientras que el nº1 llega justito al calificativo de café.
Segundo asalto: Satinato vs Volluto
Para la segunda prueba elegimos dos cafés suaves: Volluto de Nespresso y la variedad Satinato de Marcilla, ambos calificados con una intensidad cuatro en una escala de diez.
A la vista ambos cafés son muy similares, si bien el nº1 presenta un espuma ligeramente más oscura y densa que el nº2, que se queda un poco pálido, aunque no en exceso. El aroma que desprenden ambos es muy diferente. El nº1 resulta muy aromático, aunque de forma suave y matizada, mientras que el aroma del nº2 es agradable, pero casi imperceptible.
El sabor del nº1 nos resultó suave y rico en matices, incluso con notas frutales, algo que comparte con el nº2, que sin embargo nos pareció aguado y falto de cuerpo, que es precisamente de lo que el nº1 hace gala y que resulta muy importante en un café espresso.
De nuevo se puede apreciar una gran diferencia entre la espuma que deja un café y el otro, siendo en este caso el nº1 el que impregna las paredes de la taza con gran cantidad de espuma, si bien es cierto que el nº2 tampoco se queda atrás y presenta una espuma aceptable.
En esta ocasión la victoria se la lleva el nº1 de calle, por su mayor cuerpo, su rico sabor matizado y su abundante aroma, mientras que el nº2 flaquea principalmente en su falta de aroma y, sobre todo, en resultar demasiado aguado.
Asalto final: Arpeggio vs Forza
Aunque la variedad Arpeggio no es la más fuerte de la gama Nespresso, pensamos que era la adecuada para compararla con la opción más fuerte de Marcilla, Forza, ya que las dos marcan una intensidad nueve en una escala de diez. De un café así uno espera un gran aroma, mucho cuerpo y sobre todo mucho sabor (amargo, principalmente).
En la taza ambas variedades vuelven a parecerse mucho, aunque sigue habiendo una, la nº1, que destaca sobre la otra gracias a su espuma más oscura. Las dos parecen soportar muy bien el peso del azúcar, como mandan los cánones.
Los dos cafés son también lo suficientemente aromáticos. El nº1 presenta un aroma no muy intenso pero sí muy presente y prolongado, mientras que el nº2 es más suave, con toques ácidos, pero agradable en su conjunto.
Hasta ahora, parece que la lucha esta igualada, pero llegado el momento de la verdad el café nº2 se desploma, y aunque su sabor es de un amargo muy intenso, no puede competir con el sabor más matizado, voluptuoso y duradero del nº1. Por si eso fuera poco, el nº2 resulta ligeramente aguado, con mucho menos cuerpo que el nº1.
La espuma y la intensidad del color marcan también las diferencias entre ambos, por lo que el café nº1 es justo vencedor del último asalto. Ahora solo falta por ver si todos los ganadores son de la misma marca o si depende de cada variedad de café.
Conclusiones de la comparativa Nespresso versus Marcilla
Como imagino que muchos habréis podido intuir, las ganadoras de todos los asaltos han sido las cápsulas de Nespresso, es decir, la nº2 en el primero y la nº1 en el resto, mientras que las cápsulas L’Arome de Marcilla no han tenido ni la más remota posibilidad.
Insisto en que la cata ha sido completamente ciega, y en ningún momento sabíamos de qué marca era el café que probábamos, para que no nos influyeran los prejuicios.
En definitiva, ahora mismo las cápsulas Nespresso son infinitamente mejores que las de Marcilla, a las que les falta un largo camino por recorrer para llegar a una calidad aceptable, pues no es solo que desluzcan frente a las originales, sino que sencillamente no proporcionan un café digno de lo que cuestan.
Y vosotros ¿Habéis probado las cápsulas L’Arome de Marcilla?
Nota: Las cápsulas L’Arome Espresso empleadas para la realización de esta comparativa han sido amablemente proporcionadas por Marcilla
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