Cuando vemos recetas de cocina de la India, de Indonesia o de Thailandia, es muy frecuente que entre los ingredientes, estén incluidos los polvos de curry, que podemos usar para cocinar desde arroz al curry hasta guisos más elaborados. Normalmente, podemos encontrarlos sin dificultad en los supermercados, pero si de verdad os atrae la cocina exótica, vuestro concepto del curry cambiará cuando veáis cómo hacer vuestros propios polvos de curry en casa.
Ya sabéis que existen muchas combinaciones de especias llamadas massalas, que determinarán en función de la proporción de uno u otro ingrediente, el sabor final de la mezcla. Así el garam masala, el Tikka masala, el curry Khorma, el Vindaloo, entre otras, son las más conocidas. Hoy vamos a ver una receta de polvos curry básicos, similares a los que venden en tarritos, pero con el toque auténtico de lo hecho en casa por nosotros mismos.
Cuando os acostrumbréis a hacer vuestra propia mezcla de curry, podéis variarla añadiendo nuevas especias, cambiando las proporciones, corrigiendo y ajustando el resultado y potencia a vuestros gustos y preferencias.
Lo primero que tenemos que hacer para preparar nuestros propios polvos de curry caseros, es adquirir las distintas semillas. Hoy en día es bastante fácil, ya que se encuentran sin dificultad en herbolarios, y tiendas de productos asiáticos. Conviene saber los distintos nombres de las semillas porque a veces el etiquetado no está en español.
El cilantro en semillas, a veces lo encontramos bajo el nombre de coriandro, o en inglés, coriander. Las semillas de hinojo, a veces aparecen con la denominación de Fennel y la cúrcuma, que es lo que da al curry su tradicional color amarillo, a veces viene envasada con el nombre de Turmeric.
Una vez tenemos localizados todos los ingredientes, comenzamos tostando en seco en una sartén las distintas semillas. No hay que usar ningún aceite ni otro líquido, solamente las semillas y el fuego bajito. Hay que mover continuamente, para evitar que se quemen. Pero ya empezaréis a disfrutar de un genial aroma, que se extiende por toda la cocina.
Una vez hayan pasado unos 7 ú 8 minutos removiendo sin parar, apagamos el fuego y dejamos nuestras semillas que se enfríen. Cuando hayan transcurrido unos cinco minutos, podemos machacarlas en un molinillo de café, o en su defecto, en un mortero que usaremos para esta función. En seguida, y sin dificultad, tendremos una aromática mezcla de especias molidas.
Para terminar nuestra mezcla, añadimos el chile en polvo, el jengibre y finalmente la cúrcuma, y volvemos a mezclar con el molinillo, o si no, dándole unos golpes y vueltas en el mortero. Ya tenemos listos nuestros polvos de curry caseros, que conservarán estupendamente su aroma, en un especiero hermético, durante un par de meses.
Con qué recetas utilizar los polvos de curry caseros
Una vez que sabéis cómo hacer polvos de curry en casa, podréis usarlos en numerosos platos, como arroces, guisos de estilo oriental, verduras, carnes y pescados. Es cosa de dejar volar la imaginación y probar. Además, con esa base podemos adaptar el curry a nuestros gustos, añadiéndole canela, hierbas, etc., como más nos agrade.
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