No te dejes engañar: aprende a distinguir la miel natural de la falsa

La miel es un líquido dulce y espeso que producen las abejas a partir del néctar de las flores. Las abejas recogen el néctar y lo llevan a la colmena, donde lo transforman en miel mediante un proceso de digestión y evaporación.

Además de ser deliciosa, la miel tiene propiedades antibacterianas y antioxidantes, y ha sido utilizada en la medicina tradicional durante siglos. Tiene varias propiedades y beneficios que la hacen bastante especial. Por ejemplo, es un remedio natural eficaz para aliviar la tos y el dolor de garganta. Se acostumbra a mezclar con limón o jengibre para potenciar su efecto.

Por su alto contenido de azúcares naturales, es una excelente fuente de energía rápida, ideal para deportistas o cuando necesitas un impulso. Mismo, se utiliza en productos de belleza por sus propiedades hidratantes y curativas, ayudando a tratar quemaduras y heridas menores.

De igual manera, puede ayudar en la digestión y aliviar problemas estomacales, además de ser un prebiótico que promueve el crecimiento de bacterias buenas en el intestino.

Ahora bien, la miel que se encuentra en el supermercado o tiendas puede no ser 100% pura. Muchas veces, la miel comercial está adulterada o mezclada con jarabes azucarados o edulcorantes para reducir costos. Además, algunos procesos de filtrado y pasteurización pueden eliminar ciertos nutrientes y propiedades beneficiosas.

Frente a este panorama, para asegurarte de que estás comprando miel pura, busca etiquetas que digan "miel cruda" o "miel 100% pura". También puedes considerar comprar directamente de apicultores locales, donde la calidad suele ser mejor y es posible hacer preguntas sobre el proceso de producción.

Es más, hay formas y/o trucos que puedes hacer para diferenciar la miel natural de la miel falsa. Esta la prueba del agua por ejemplo, que implica agregar una cucharadita de miel a un vaso de agua. La miel pura se hundirá y no se disolverá rápidamente, mientras que la miel adulterada se disolverá más fácilmente.

O la prueba del fuego, (para hacer con cuidado y con la supervisión de un adulto de ser menor de edad). En este caso, tendrás que tomar un palillo o un trozo de papel, sumergirlo en la miel y luego, intentar encenderlo. La miel pura arderá dado su bajo contenido de agua, mientras que la miel adulterada podría no encenderse.

La consistencia es otro factor a considerar, la miel pura tiende a ser más espesa y tiene una textura viscosa, mientras que la miel falsa puede ser más líquida y con burbujas. En boca, la miel natural tiene un sabor rico y complejo, que varía según las flores de las que proviene. Si la miel sabe demasiado dulce o artificial, es posible que no sea pura.

Por último, la miel pura tiende a cristalizarse con el tiempo, lo cual es un proceso natural. Si tu miel permanece líquida indefinidamente, podría ser un signo de adulteración. En resumen, estos métodos son interesantes y pueden ayudarte a hacer una mejor elección a la hora de comprar miel.

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