Como otras capitales mundiales, Madrid se ha dotado ahora del primer super en su suburbano, una iniciativa de la mano de Carrefour, que ha plantado una tienda para auxiliar a los ajetreados pasajeros.
El ir y venir diario de la ciudad exige soluciones prácticas, y la última apuesta de Carrefour parece hecha a medida para quienes viven con el reloj en contra. La cadena de supermercados francesa ha dado un paso más en la integración de la compra rápida en la rutina urbana al inaugurar su primer establecimiento dentro de una estación de metro en Madrid.
La idea, que ya ha sido explorada en otras ciudades del mundo, aterriza ahora en la capital española con la promesa de convertir los desplazamientos en una oportunidad para llenar la despensa sin perder un minuto de más, o encontrar un bocado que llevarse a la boca en medio de tantas prisas.
Carrefour ha llevado su modelo City, ya presente en la Puerta del Sol, a la red del Metro de Madrid, en uno de los intercambiadores de gran concurrencia de la ciudad, una idea que tiene la vocación de extenderse a otras estaciones de la capital y al metro de otras ciudades españolas.
El nuevo Carrefour se ha situado en el intercambiador de Plaza Elíptica y suma 183 metros cuadrados, así como 2.500 referencias. Se ha diseñado para optimizar el espacio sin sacrificar variedad. En sus estanterías se encuentran productos básicos, snacks y opciones listas para el consumo, pensadas para quienes buscan rapidez.
Este modelo de supermercado no solo responde a las necesidades del consumidor individual, sino que también encaja con una tendencia global hacia la máxima eficiencia en el comercio minorista (que también a la par se ha convertido en un self service más despersonalizado).
Ciertamente, la ubicación en el metro permite a Carrefour aprovechar el flujo constante de pasajeros, una estrategia que podría marcar el camino para futuras expansiones dentro del transporte público de las grandes ciudades.
Atrás quedan ahora los tiempos en los que hacer la compra requería un desvío en la rutina, o un agradable paseo de fin de semana; ahora, el supermercado se integra directamente en el trayecto diario. Ya sea por una lata de refresco antes de entrar al vagón o por comprar fruta para el camino, todo queda al alcance de la mano, sin necesidad de salir de la estación.
Fotos | Joana Costa
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